Un árbol raro y maltrecho y la gente que lo veía al pasar

GuayabaLa casa donde vivo, como todas las casas del mundo, tiene historias que contar. La casa tiene un jardín, y el jardín también tiene historias que contar. Esta sería una de ellas:  estrictamente hablando, mi jardín no es un jardín sino un pequeño huerto con cuatro árboles frutales y una palmera. Los árboles: un naranjo, un aguacate, una higuera y un guayabo. La palmera: esbeltísima. Si cuatro árboles frutales y una palmera no basta para alcanzar el grado de huerta, podemos decir, entonces, que se trata de un jardín nihilista que aspira a ser huerto.

Cada árbol tiene su historia que contar. El naranjo, por ejemplo, podría hablar del panal de abejas que finalmente no era un panal sino cientos de abejas apiñonadas en una de sus ramas. Por su parte, la palmera también tiene lo suyo, la historia del globo rojo que duró varios días entre sus palmas es una de ellas. Pero lo que hay que contar ahora es la historia del guayabo. Es preciso aclarar lo siguiente, cuando hablo de este árbol no hay que pensar en un árbol frondoso y robusto, todo lo contrario; hay que pensar en un árbol pequeño y delicado cuya circunferencia de su tronco no rebasa los 15 centímetros, y su altura apenas alcanza los tres metros. Por otra parte, sugiero no juzgarlo por su apariencia, si bien es pequeño y frágil, da tantos frutos como el que más. Y es por estos frutos (o lo que provocan) que me pongo a escribir.

La gente pasa y ve a este árbol raro y maltrecho lleno de guayabas, tupido, por tanto, no es raro escuchar gritos de gente pidiéndome algunas. No exagero si digo que estas personas me hacen el día. Les digo que pasen y yo entro a la sala, entonces escucho el ruido de las ramas. Me gusta oír el ruido de las ramas al cortar un fruto, imaginar cómo estiran su brazo y cómo su mano elige una entre tantas guayabas. Cuando los veo, las pocas veces que lo hago, puedo advertir su concentración total, como si alzar el brazo para alcanzar la fruta fuera un acto donde todo está en juego. Por otro lado, hay que recordar que cortar guayabas implica que el individuo tenga que erguirse, pararse de puntillas, alzar el brazo y voltear la cara al cielo. Es decir, todo en él es concentración para alcanzar un fin en particular. Y este esfuerzo, esta concentración y el cuerpo dispuesto de ese modo no admite pensamientos ajenos a su cometido.

Un día tuve una idea, esta idea llegó a mi mente como lo hacen todas las ideas: simplemente apareció, primero no estaba y de pronto ya estaba, llegó sin que la llamara. Por suerte pude advertir su llegada, atenderla y, al final, materializarla. La idea, en abstracto, me es imposible describirla; materializada, sí. Consistió en esto: tomé un puño de guayabas y las puse sobre la barda que delimita mi jardín, donde la gente pudiera tomarlas. Luego escribí en una hoja: “Si gustas, puedes tomar guayabas. Sólo te pido dos cosas: que dejes para otras personas y que, si te sientes con ánimos, escribas algo”. Había dejado un cuaderno y un lápiz. Más tarde, cuando regresé, encontré lo siguiente, transcribo las líneas tal y como se escribieron:

– volumptuous, delicious, guayaba.
– Soy un idealista, no se donde voy, pero estoy en camino. Isra y Liz
– Todas las estrellas son dos ojos que las ven Antonio Porchia
¡Saludos!
– GRACIAS POR LA GUAYABA!
–“No hay problema, mientras haya tachas y perico”
– EL AMOR TODO LO PUEDE SHALOM!
– Muchas gracias
– Guayaba Guayabito
Que rica
Mi frutita
Karina : )
– Muchas gracias tenia muchas ganas de probar estas guayabas Dios lo bendiga hoy y siempre grasias (Cristina)
–Mayra Zuley. Dar sin esperar nada a cambio es un jesto muy Bodadoso y digno de acmirasion si hubiese mas personas con tal cualidad el mundo seria mejor. Gracias x la guayaba…
– Yo Rosario Vega Bejarano tomo 3 guayavas porque tengo ambre no tengo dinero para comer estoy pidiendo limosna porque tengo a mi bebé de tres años en ferma de asma y necesito comprarle un nebulizador 1 de las 3 guayabas que tome es para mi bebé le boy a decir que nos las regalo un angel que se llama a no se tu nombre pero mañana paso alas 1:00 de la tarde para ver si puedo conocer ese Angel ho su nombre gracias que dio te bendiga
– Te regalo una sonrisa, gracias por hacer diferente un dia… una gotita contribuye al cambio.

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